Hľadaný výraz: Mt 27,45-54; Mk 15,33-39; Lk 23,44-48; Jn 19,28-30, Preklad: Španielský - Reina Valera, Počet výsledkov: 4
45 Y desde la hora de sexta fueron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona. 46 Y cerca de la hora de nona, Jesús exclamó con grande voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 47 Y algunos de los que estaban allí, oyéndolo, decían: A Elías llama éste. 48 Y luego, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la hinchió de vinagre, y poniéndola en una caña, dábale de beber. 49 Y los otros decían: Deja, veamos si viene Elías á librarle. 50 Mas Jesús, habiendo otra vez exclamado con grande voz, dió el espíritu. 51 Y he aquí, el velo del templo se rompió en dos, de alto á bajo: y la tierra tembló, y las piedras se hendieron; 52 Y abriéronse los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53 Y salidos de los sepulcros, después de su resurrección, vinieron á la santa ciudad, y aparecieron á muchos. 54 Y el centurión, y los que estaban con él guardando á Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste.

33 Y cuando vino la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona. 34 Y á la hora de nona, exclamó Jesús á gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabachthani? que declarado, quiere decir: Dios mío, Díos mío, ¿por qué me has desamparado? 35 Y oyéndole unos de los que estaban allí, decían: He aquí, llama á Elías. 36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dió á beber, diciendo: Dejad, veamos si vendrá Elías á quitarle. 37 Mas Jesús, dando una grande voz, espiró. 38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de alto á bajo. 39 Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había espirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.

44 Y cuando era como la hora de sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de nona. 45 Y el sol se obscureció: y el velo del templo se rompió por medio. 46 Entonces Jesús, clamando á gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró. 47 Y como el centurión vió lo que había acontecido, dió gloria á Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. 48 Y toda la multitud de los que estaban presentes á este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían hiriendo sus pechos.

28 Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Sed tengo. 29 Y estaba allí un vaso lleno de vinagre: entonces ellos hinchieron una esponja de vinagre, y rodeada á un hisopo, se la llegaron á la boca. 30 Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dió el espíritu.

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